Dentro del universo de preguntas que tenemos al momento de ser mamás, existe la posible elección de la fórmula infantil. No es un camino fácil. Pero al final, todo lo que afecte de manera directa a la salud y al desarrollo de nuestros hijos, vale toda la pena.

Antes de hablar de fórmulas, tipos, recomendaciones, es importante recordar que el cuerpo humano es perfecto. Es único, es sabio, tiene la capacidad de curarse a sí mismo, es holístico. De ahí que la leche materna sea exactamente lo que cada bebé necesita al nacer. Es el mejor alimento que la madre naturaleza pudo haber inventado.

Por lo tanto, una fórmula natural cuyos ingredientes justamente son de origen natural sin modificaciones, hormonas, químicos y pesticidas es esencial.

La agricultura como la conocemos al día de hoy permite el uso de plaguicidas, fertilizantes sintéticos, fungicidas y otras sustancias cuyos efectos directos en la salud de los humanos es todavía desconocido. Sin embargo, los aumentos exponenciales en enfermedades auto inmunes, autismo y trastornos en el desarrollo infantil han aumentado considerablemente en los últimos años.

Más aún, las consecuencias en la contaminación de los suelos y medio ambiente ha sido y sigue siendo devastadora. 

La alimentación orgánica, es mucho más que una tendencia de moda. Es una necesidad. Y es especialmente importante en los primeros años de vida de nuestros hijos. Las materias primas de las fórmulas son la alimentación de los bebés que las consumen (en la primera etapa) y un complemento muy importante en las etapas posteriores.