Por Dra. Adriana Ramos 

A pesar de que la cesárea puede ser una intervención vital cuando está medicamente indicada, este procedimiento puede tener impacto en la salud de los bebes debido a la ausencia de la transmisión de la microbiota materna del canal vaginal y perineal al recién nacido. 

La microbiota juega un papel esencial en la regulación del desarrollo de la inmunidad, el metabolismo, la función cerebral y estos beneficios pueden transmitirse verticalmente a través del parto vaginal. La cesárea se destaca como uno de los factores más significativos que interrumpe este proceso normal.

La microbiota desempeña un papel importante en la salud infantil e influye de manera significativa para ayudar a defendernos de infecciones, en la absorción de vitaminas y nutrientes, la fabricación de la serotonina, el desarrollo cerebral y en la desarrollo del sistema inmune.

Aunque en algún momento se consideró que la leche materna era un fluido estéril, ahora se acepta ampliamente que posee diferentes tipos de bacterias, virus y hongos, la microbiota de la leche materna. Ademas contiene una gran cantidad de sustancias que actúan como prebióticos, beneficiando el crecimiento y la actividad de bacterias  beneficiosas en el intestino.

Las microbiota presente en la leche humana, se transfieren de la madre al bebé a través de la leche materna, lo que contribuye a los beneficios observados en los niños alimentados con leche materna (reducción de enfermedades, muerte y protección contra agentes infecciosos). Por esta razón, se recomienda la lactancia materna exclusiva para todos los niños menores de 6 meses. Sin embargo, lamentablemente, esto no siempre es posible. En consecuencia, las fórmulas lácteas han sido enriquecidas con probióticos y prebióticos para lograr una microbiota intestinal similar a la de los bebés alimentados con leche materna.

En situaciones en las que la lactancia materna no es posible, la suplementación con una fórmula con probióticos agregados puede ser una estrategia efectiva para mejorar la microbiota intestinal del lactante con el objetivo de reproducir de manera similar el ambiente proporcionado por la leche materna.

La Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (ESPGHAN) sostiene que la suplementación de fórmulas lácteas con ciertos probióticos puede reducir el riesgo de infecciones gastrointestinales, así como la necesidad de antibióticos.

El probiótico Limosilactobacillus fermentum CECT5716 que está presente de forma natural en la leche materna, se adiciona a las fórmulas lácteas debido a sus beneficios antiinfecciosos, inmunomoduladores y antiinflamatorios.

l. fermentum CECT5716 se postula como un candidato prometedor para reducir la incidencia de infecciones gastrointestinales en bebés de 1 a 12 meses y uso de una fórmula que contenga dosis de L. fermentum entre 1x10^9 y 8.4x10^8 UFC/día ha demostrado reducir la incidencia de eventos de diarrea sin provocar eventos adversos.